La vía más directa al corazón del próximo jefe no es montar una tamborrada de Calanda en Linkedin ni batir el record de frases motivacionales publicadas ni autoconvencerse en público de lo guapo que uno podría ser, sino su correo electrónico.
Dani Martos nos propone una sencilla query en Google para encontrar el patrón de construcción de los emails de una empresa:
“email * * dominio.com”
donde dominio=empresa. Si la empresa es muy multinacional y te interesa una zona geográfica concreta se puede añadir de la siguiente forma:
“email * * dominio.com (barcelona OR “sant cugat”)”
Así Google nos devuelve una muestra de direcciones de correo electrónico de la empresa con la que podemos construir una hipótesis más probable, y otras menos, sobre el correo del profesional al que queremos acceder.
No es mucho trabajo incluir las menos probables como destinos en copia oculta. A veces es el mismo profesional el que nos confirma cuál es la correcta al enviar un mensaje de vuelta, aunque sea «No recuerdo haberle dado mi correo electrónico. Me podría decir quién se lo ha dado» o similares. La cosa no va más allá cuando les haces ver que te lo acaba de dar él mismo.
Existe otra forma de confirmar el correo electrónico de tu interés y es a través de Rapportive, una aplicación que puedes instalar en tu gmail y que muestra el perfil Linkedin, Twitter y web de su propietario sólo con pasar el cursor sobre la dirección. Basta con escribir las hipótesis en el cuerpo de un mensaje nuevo en tu gmail para ver por el perfil Linkedin si ese es el profesional buscado.
A partir de ahí, claro, el mensaje puede ser spam, lo que quieres decir, o bien recibido, lo que el destinatario espera oír. Si sólo puedes hacer spam a un destinatario, no lo envíes; cambia de destinatario, cambia de mensaje o cambia de asesor de carrera.
Linkedin ha comprado la app Rapportive y la ha anulado.
Alternativas a Rapportive: http://beebom.com/7-best-rapportive-alternatives/
Me gustaMe gusta