El profesional hecho a sí mismo es el que ha triunfado sin ser de buena familia ni tener un título o un máster de los caros. Familia y máster son el trampolín, o las barreras de entrada, para llegar arriba en la mayoría de empresas medias y grandes. La meritocracia es así, qué le vamos a hacer. Aquí es donde viene el mérito de los hechos a si mismos, los que han sido capaces de crear sus propias empresas. Trabajo duro. Creativos. Innovadores naturales. Capaces de pensar contracorriente. Intuitivos. Sencillos y pragmáticos. Atrevidos, sin miedo a las apuestas. Saben lo que es el espíritu de equipo y la importancia de la credibilidad para el éxito.
Trabajo duro, eso todos y en todas partes. Vale. Pero exhibir todo ese repertorio de cualidades a la vez es más extraño. Los obstáculos que han tenido que superar nada tienen que ver con las facilidades que suelen encontrar los bien educados y criados o los que sólo se preocupan de mantener una nómina.
Y lo de la soledad. Emprender con título, familia y capital es una cosa. Emprender sin título, buena familia ni capital es otra. Quítales tambien la red de amigos habituados a tomar decisiones en empresas, la experiencia directa de lo que es una empresa o cómo funciona el mundo de los negocios. Sin un nivel cultural alto. Más. Sin las formas, modales y maneras que son la contraseña no escrita de algunos círculos empresariales. Partes de cero, tienes que luchar para demostrar lo que de otros se espera de forma natural. Es el tema de la legitimidad. Eres un aspirante. Pero también, lo dice uno de ellos, no tienes nada que perder, lo tienes todo por ganar, temes menos lo desconocido.
Las posibilidades de que un profesional hecho a si mismo triunfe en una gran empresa no sólo son escasas, sino que disminuyen. El «ascensor social» funcionó entre la segunda guerra mundial y la primera crisis del petróleo, la de 1973. Esa era se fue. Hoy las empresas se sienten tan inseguras como los empleados, no toman riesgos, manejan expectativas ridículas: recién titulados con varios años experiencia profesional especializada, cualidades personales de legionario y se valorará hablar mandarín y sánscrito. En Francia, sólo el 3% de los CEOs de grandes empresas no tienen un buen diploma, y de esos algunos nacieron en la empresa. En cambio, dos tercios de los emprendedores son hechos a si mismos.
Hay espacio para todos en la sociedad, pero en estos últimos es donde está el futuro. Su tenacidad, energía, su forma de encarar los obstáculos es el modelo de cualidades personales que deberíamos copiar todos, también gobiernos y empresas.
Con su moralina y todo. Este es el dicurso de un señor de buena familia y con estudios, el CEO de Mazars. Ni se ha hecho a si mismo ni es un experto en marketing personal. Por eso quizás convenga oírle.
Tampoco el profesional hecho a sí mismo busca este tipo de empresas, pues valora y quiere su libertad. Al menos en las condiciones que le ofrecen las empresas. Ante el mercado actual tienen miedo y ante el miedo; control.
Si enjaulas a un pájaro salvaje, muere de pena.
Saludos y gracias por el artículo.
Me gustaMe gusta
Saludos Pedro. Gracias por tu comentario.
Me gustaMe gusta