De lo que nos ha pasado esta semana lo que mejor sabor de boca nos ha dejado es un artículo de Salva López en el blog colectivo de Pymes de Movistar, un blog que cada día nos gusta más. Es una reflexión sobre consultores y consultantes escrito por un consultante que sabe mucho de consultor. El caso es que nos anima un algo a los que tenemos que replantearnos nuestro negocio con cada cliente, casi a ritmo de tuit.

Para que nos ubiquemos, la consultoría de carrera y empleo es un negocio que no admite planificación industrial. En realidad, no es ningún negocio. La experiencia con un cliente termina con él. El siguiente recrea tu profesión. Lo ampliamos.

Los que leeréis este documento es muy probable que visitaréis el nuevo mundo, Twitter – Facebook – Linkedin, todos los días, por lo que compartiremos una serie de conceptos y creencias que, entrelazadas unas con otras mejor o peor, crean una maraña que nos da cierta seguridad en el estar y el hacer, nos hace sentirnos familiares y hasta nos da un cierto porte evangelizador sobre el prójimo. Total, que no vamos a ninguna consulta de carrera o empleo.

Esta semana ha dimitido Esperanza Aguirre y los chicos de Riot Cinema ha conseguido titulares y miles de tuits y comentarios porque un posible contratador se despachaba con un posible candidato descuidando las formas. [La rectificación les ha quedado bastante sabia ¿verdad?]. El caso ha desvelado otra vez un sentimiento ampliamente compartido contra contratistas y reclutadores. Bueno, pues ningún participante en ese clamor aparece por una consulta de carrera y empleo.

Ampliamos el desierto de referencias. Si quieres contratar una campaña de marketing o un dentista repasas los trabajos conocidos de la agencia o preguntas a los vecinos. Los consultores de carrera y empleo nos movemos en la discreción pero, sobre todo, en la in-ti-mi-dad, esa parte del cliente que no tiene nada que ver con ninguna maraña externa. Con cada cliente tienes que tirar por la ventana tu catálogo de servicios, hasta tu modelo de negocio. Te encuentras dando servicios que no esperabas y hasta te piden más. La grandeza de la indefinición y la indefinición de la grandeza. Pero de vez en cuando una bocanada de aire fresco como la de Salva viene bien.