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Soluciones sostenibles para la supervivencia profesional

En la última temporada estamos hablando de soluciones sostenibles para la supervivencia profesional como definición de nuestros servicios. Esto teníamos que explicarlo. Si os habéis paseado por nuestro blog habréis encontrado una categoría ‘entorno’ relacionada con el presente y el futuro del trabajo. Es una categoría estremecedora. Estamos rodeados de insostenibilidad e incertidumbre. La crisis financiera, la globalización y la tecnología están arrastrando a un número creciente de empresas, antes sólidas. Insostenible está resultando el compromiso tradicional de los empleadores con los empleados: un salario digno, seguridad laboral, posibilidades de carrera. Ni en las grandes empresas y ahora ni en las administraciones públicas. El paternalismo empresarial o gubernamental se ha está viniendo abajo. Por parte de los que todavía conservan la nómina la situación tampoco es leve. El desapego y la falta de compromiso afecta ya al 65% de los empleados según el Global Workforce Study 2012 que publicará próximamente Towers Watson. Al desapego añadiríamos el descreimiento y la desorientación. Está habiendo un vaciado mental, nadie se cree ya las cantinelas empresariales de la integración, la alineación, la entrega, la fidelidad, el talento… Esperan otras, ahora veremos. Y hay desorientación mezclada con resentimiento. En nuestra encuesta sobre estilo de carrera la mayoría de los encuestados se debate entre las declaraciones proactivas y el resentimiento por la entrega a la gran corporación, buscada y no correspondida, o la pérdida de las viejas comodidades.

El mundo del trabajo ha pasado a una situación de incomodidad cuando no de pánico. Esta crisis nos está tirando encima una responsabilidad con la que no contábamos: la supervivencia profesional es un negocio personal. Es una constatación cada vez más generalizada. Para muchos, una asunción dramática. Y parece que no va a haber vuelta atrás. Mientras escribimos esto el gobierno español se plantea eliminar la ayuda de 400 € a los parados sin otras prestaciones. La cesión de la supervivencia profesional al empleador o a los gobiernos se ha mostrado insostenible. La autogestión de la supervivencia está por ver qué será. Hay quien la complica con la exigencia de ser adultos en el trabajo mientras otros siguen pidiendo a los reyes magos el empleo subvencionado o las cuotas por edades. Un río revuelto con abundancia de pescadores donde hemos lanzado el anzuelo de la sostenibilidad. Sigamos revolviendo el río.

Nos hemos caído al mercado y el mercado feroz produce pánico a todo el mundo, empresas, gobiernos o parados, a todos. El mercado es feroz porque tiene demandas propias, no acepta tus servicios profesionales sin más, lo que sabes hacer, aquello para lo que te habías preparado. Es feroz porque cambia sus demandas de forma violenta y caprichosa y te obliga a estar gestionando tus servicios permanentemente. Es feroz porque no acepta ocurrencias ni pamplinas. Si no lo escuchas te expulsa. Es feroz con la publicidad sin producto, las promesas no cumplidas y los trompeteros. Es feroz porque no le basta con que adecúes tu oferta a la demanda sino que tienes que superar en calidad, precio o lo que sea a un montón de competidores locales e internacionales más jóvenes y más baratos. Es feroz porque te obliga a estar pendiente de qué aplicación o instrumento puede hacer obsoleta tu oferta. Es feroz porque te obliga a pensar como empresario, en términos de necesidades, oportunidades, soluciones, costes, precios, calidades, agilidades, etc. Es feroz porque el presente dura días, la regularidad es el caos, la tranquilidad es la inquietud, el medio plazo empieza dentro de un rato…, anticipar, prevenir, proyectar. Es feroz porque te fuerza al pluriempleo, como mínimo a ese otro trabajo llamado gestión de la supervivencia.

Por otro lado, el mercado es bastante claro en cuanto a sus demandas. Solo hay que arrimar la oreja llamada sensibilidad a eso mismo, a la demanda. Suele avisar de los cambios de ciclo, nuevas tendencias, amenazas y oportunidades. Nunca ataca masivamente, siempre te ofrece un nicho por descubrir que pueda ser el tuyo. Es generoso con las ofertas de servicios bien orientadas y las acepta tanto por calidad como por precio. Valora el buen servicio y en ese caso te ahorra publicidad y networking. Tiene buena memoria y acepta el riesgo de los que han hecho un buen trabajo anteriormente, etc. etc.

La caída al mercado ha traído una serie de desplazamientos hacia la sostenibilidad de la supervivencia. Ha habido un desplazamiento de fidelidades. Trabajar para una empresa es sólo una aventura pasajera. Ahora la supervivencia sostenible radica en la fidelidad a tu mercado. Este no es celoso, te permite rotar o ampliar clientes y aliarte con competidores.

Está habiendo un desplazamiento de los servicios. La ‘colocación’ se basaba en la adecuación a la empresa, primaba la entrada. La sostenibilidad estaría más vinculada a contratos de colaboración basados en configuraciones de servicios con valor en el mercado y más posibilidades de salida.

El desplazamiento de las relaciones empleado-empleador. El empleado-avestruz se centraba en hacer bien el trabajo que le pedían en una postura poco sostenible. Ahora, el ‘empreado’ puede actuar como empleado y pensar como empresario. Acepta el reto estratégico, entender e interpretar el negocio del empleador para cualificar su contribución pero también por sostenibilidad, que las amenazas y oportunidades para el negocio también lo son para su nómina y sus planes a medio plazo.

La selección de clientes. Más que desplazamiento aquí deberíamos hablar de claro engorde y es una extensión de los puntos anteriores. Ser seleccionado o seleccionar por un salario y casarte a ciegas forma parte de la vieja historia. La sostenibilidad pasaría por la selección de empleadores claros en cuanto al negocio, al trabajo y a las condiciones, que aseguran la rentabilidad de la estancia con ellos.

También está habiendo un desplazamiento de algunos elementos motivacionales en dirección al mercado. La inspiración está siendo orillada por la necesidad, que viene desbocada. A la llamada interior la está callando la viabilidad, callada hasta que hable el estudio de mercado. A la reinvención le ha caído el apellido permanente y también se pega al mercado. La otra era como vocear un fracaso previo. La pasión aparece ahora más tarde, cuando la gestión de los servicios personales produce resultados, incluso en áreas antes personalmente repelentes, pero en cualquier caso sigue siendo pasajera. Más de 6 meses en estado de pasión deterioran el organismo. Las soluciones ‘pelotazo interior’ van cediendo el paso a las emociones sostenibles, post-luna de miel, más adecuadas a un negocio en permanencia, como la rutina, el esfuerzo y la renuncia mantenidos y combinados con la inquietud, la inspiración y la visión que preceden o siguen a los impulsos de terceros, sean clientes, competidores o las fases del ciclo de vida de un servicio.

Vamos a cortar aquí los desplazamientos. Puedes continuar la lectura en nuestro menú de servicios, todos orientados a tu supervivencia sostenible, en la que podemos empezar a trabajar cuando lo consideres oportuno.

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