El otro día un buscador de trabajo nos hizo una exhibición que nos dejó sin palabra. Nos lleva a Linkedin, intentamos buscarle por nombre, nada, imposible. Nos dice que escribamos su actividad profesional, en inglés. Escribimos su actividad. Impresionante. ¡Aparece el primero en todo el mundo! Has leído bien. Imagínate que un reclutador entre en Linkedin a buscar un profesional de tu especialidad en Hong Kong, Bucaramanga, Toronto o Móstoles, escribe tu actividad en el cajetín de búsqueda y el primero que aparece eres tú. Piénsalo bien, en el baul de buscadores de trabajo más grande del mundo estás dejando detrás a todos tus colegas españoles y del mundo mundial. Otros para conseguir esa visibilidad tienen que alquilar locales a pie de calle en la 5ª Avenida de Nueva York, los Campos Elíseos de Paris, Oxford St, en Londres, Preciados en Madrid, Passeig de Gràcia en Barcelona y similares. Este milagro tiene nombre de catedral, SEO, y al autor del que relatamos nos gustaría tenerlo entre nuestros colaboradores, sería un honor. Como sabéis, somos unos modestos escaparatistas personales y estamos convencidos de que el SEO y el escaparatismo se necesitan. Nadie que abre tienda en una prestigiosa vía comercial se limita a limpiar diariamente las ventanas. La selección, presentación y colocación de los contenidos a exponer en el escaparate y su renovación periódica resulta indispensable para que los paseantes entren a curiosear. En escaparatismo personal, una actividad todavía poco profesionalizada, no es extraño encontrar escaparates que parecen un almacén, productos perecederos pasados de fecha o productos tan diversos que confunden al posible cliente. No basta con no cometer errores. Hay aspectos más sutiles a cuidar. Sin querer ser exhaustivos, la claridad meridiana sobre el nicho de clientes al que se dirige, la coherencia de productos expuestos y ornamentación, el respaldo de una buena trastienda, la adecuación de todos los elementos a las tendencias del sector, etc. etc. De lo contrario puede pasar que no te llame nadie en más de un año, como le pasa a nuestro interlocutor. Dolorosa demostración de que SEO y escaparatismo son actividades cojas si no van unidas.