Lo de extimidad, para rezagados, sería lo opuesto a intimidad. Se aplicaría a la retransmisión online de todas tus andanzas. Un reality show permanente donde tú eres la estrella. Un signo de adolescencia, como el acné. La identidad en estado puro o identidad pre-marketing.
Cuando te quedas sin trabajo y tienes todo el tiempo a tu disposición, un ordenador fijo, otro, portátil, un tablet y un smartphone no es difícil que oigas que el empleo está en la red, que hay que tener presencia online, una identidad digital diferenciada y un buen networking porque el reclutamiento es 2.0 y el trabajo se consigue por contactos. Te pones a todo ello y descubres el placer del contacto social y la popularidad numérica; ayuda a llevar mejor el desempleo. Pues si este es tu caso, ten cuidado porque puedes estar extimizando y esa no es la mejor forma de encontrar trabajo.
¿Para quién hablas?
La extimización es un tiro al mundo, a quien quiera y entienda. Si ‘el empleo está en la red’ voy a disparar a la red. Esto no es válido ni para el adolescente sin experiencia que aspira a cualquier empleo. Si sabes el empleo que quieres y puedes dentro del que hay, conviene mirar antes de apuntarse al lema a ciegas. Tu empleo puede estar en algún agujero de la red, o puede que no. ¿Están tus posibles empleadores? ¿Cuántos? ¿Has pensado que puedes estar perdiendo el tiempo? Hazte un Google y relee tu producción y apariciones en la red en los últimos tiempos. ¿Cuánto de ello movería a un reclutador a llamarte?
¿Qué hablas?
Los modelos de negocio personal basados en la popularidad numérica, muy frecuentes en la red (Belén Esteban, B2C), se basan en contenidos online muy distintos a los modelos basados en la seducción individual, p.ej. a un empleador para que te pague una nómina (B2B). Escribir para que te quieran es distinto a escribir para que te contraten. Un ejemplo tópico pero real. Los comentarios críticos sobre los hábitos de los empleadores, los jefes, tus jefes anteriores o lo mal que está todo te pueden asegurar las simpatías de otras víctimas del sistema pero no las de los empleadores. Se puede denunciar la situación, enriquecer el debate o apuntarse al lamento nacional sin necesidad de suicidarse como asalariado. Escríbelo con seudónimo. O ¿es que te has creído lo de la identidad digital única?
¿Qué vendes?
De qué vas, qué buscas, qué ofreces. Son temas elementales que el desempleado extímico puede dejar difus0s, desanimando al más paciente de los reclutadores 2.0. Su última experiencia profesional, ahogada entre picoteos en las iniciativas profesionales más dispares, las actividades más diversas y, claro, la presencia en todos los eventos de la ciudad. ¿Cuánto hay de ego-engorde y cuánto de venta de una oferta profesional? No están los tiempos para carreras profesionales rectilíneas pero llevar y mostrar en el perfil online un tema central es un contenido mínimo para que un reclutador se detenga en nosotros.
¿Tiene eso arreglo?
Desde luego. No creemos que merezca la pena morir de identidad digital. Si tu identidad digital no te deja encontrar trabajo, olvídala. ¿Qué haríamos nosotros? Suspender tu marketing personal, fulminantemente. Borrar todos los contenidos agresivos para los empleadores o que insinúen relaciones difíciles. Cortar la evento-dependencia. Después, reanalizar tu mercado y reconstruir y afinar tu oferta profesional, con calma. En tu oferta, más colaboración con el cliente y más autocrítica. A continuación, replantear tu marketing profesional de cero, para tu mercado y al servicio de tu oferta. Finalmente, depurar tu marketing personal y lanzarlo por vías que no colisionen con lo profesional. Más detalles, en nuestra consulta.
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Claro y directo. ¡Cuánta razón tiene!
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