Hace unos días, Carlos Monserrate, headhunter de Odgers Berndtson, comentaba en su blog de Cinco Días los requisitos para una posible salida al mercado. El final de las vacaciones es época propicia para plantearse ‘empezar a mirar’, ‘hablar con HH para ver qué oportunidades hay en el mercado’, ‘mirar a ver si surge algo’. ¿Hay algo de arrogancia en esas expresiones, ignorancia? Habría que estar más cerca al oirlo. Hay profesionales a los que los HH responden todas las llamadas. También hay dos respuestas más o menos mecánicas, ‘nada ajustado a su perfil’, si has adjuntado tu CV, o ‘nada pero envíenos su CV para futuras oportunidades’, si no lo has adjuntado porque ya está en su base de datos. No descartamos que los HH hagan orientación laboral, con algunos, pero tampoco esperaríamos que hicieran transparente su coyuntura al primero que llama ni les pondríamos en la tesitura de romper el secreto que deben a sus clientes y menos confundiríamos ‘su cliente’ con ‘su producto’.
El artículo es definitivo, honesto: mata la idea de meter el dedito en el mercado, así no llegarás a nada. Al mercado se sale como producto acabado, con el marketing hecho, o no se sale, y nosotros somos intermediarios del mercado, no agencias de marketing. Ellos, los HH. Nosotros, sí. Y cita el trabajo que debes haber hecho para tener atractivo para un HH. Has de tener claro:
– Tu mercado objetivo, tus posibles contratistas
– La coyuntura de tus contratistas objetivo, qué les pasa, qué quieren
– Tu oferta de servicios al respecto
– Tus competidores y tu oferta diferencial
– Tu canal de acceso: prescriptores, contactadores
– Tu precio, el del mercado para ofertas similares, quiénes pueden pagarlo.
Pero ¿no era esto lo que hacían los HH? No, hombre-mujer. Ellos venden lo vendible. Ser vendible es tu problema. Y el nuestro, si lo deseas. Te ayudamos a ayudarte a tí mismo ayudando a Carlos a hacer su trabajo. Hasta la vista.
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