El mercado laboral existe en los telediarios, en el lenguaje de políticos y empresarios, en la prensa económica, normalmente precedido de la necesidad de flexibilidad y seguido de las cifras de desempleo. El mercado, aunque sea laboral, es cuestión de oferta y demanda. Es duro pero es así. Así que empleadores, empleados y desempleados lo rehuyen.
Empleadores
No hace mucho que ‘estar en el mercado’ o ‘salir al mercado’ eran sinónimos de haber caído en desgracia o haber pasado ya al desempleo. Tener trabajo, pertenecer a una empresa, era estar fuera del mercado laboral, protegido contra él. La idea de ‘compromiso’, normalmente entendido unilateralmente del empleado hacia el empleador, era la forma más ruda y barata de intentar el control del mercado. Se pedía sin remilgos a los empleados que fueran cerdos, bacon en el desayuno, nunca gallinas, que la gallina, la jodida, deja el huevo en el desayuno y se va al mercado o a actualizar el curriculum en Infojobs. Hablar con personas de la competencia si no eras alta dirección estaba mal visto, sí, sí, eras sospechoso. ¡Pero si es mi primo! Hasta te justificabas. A la competencia, ni agua, te decían. La tergiversación compromiso-competencia-mercado laboral se te colaba hasta el fondo del cogote. Las ‘cláusulas de confidencialidad’ en los contratos intentaban blindar la empresa como un convento de clausura al flujo de información en que se basa el mercado. Con los ‘pactos de no agresión’ laboral entre empresas, otro tanto. Otro sí digo de la ‘comunicación corporativa’ como publicidad unilateral, un impermeable que dejaba a la empresa calada cuando llovía. Cuando el ‘compromiso’ hacía más agua llegó la ‘retención del talento’, otra expresión del miedo a que funcione el mercado laboral, pero más cara, pero es que si les dejamos se nos van. Todos los entrecomillados asumían que el empleado si era listo se comportaría como si fuera tonto, obediente y mudo y convivían, los entrecomillados, curioso, con la ‘flexibilidad’, todo un canto a la libertad de (salida al) mercado. Desde luego que ser headhunter en esas circunstancias tenía tanto mérito como ser minero o piloto de gimkanas.
Empleados y desempleados
Muchos se lo han estado creyendo hasta que su oferta ha dejado de contar con la demanda de su empleador o han visto las barbas del vecino pelar. Querían y creían en la seguridad en el empleo como la iglesia, el ejército y la banca, ésta para sus clientes de activo. Seguridad en el empleo arropada con sentimientos de pertenencia, fidelidades y lealtades, desarrollos y otros valores, claro. Y confidencialidad, que parece que te vinculaba al núcleo duro, hasta que tenías que vincularte a un headhunter. La administración pública sigue siendo la empresa más deseada por los españoles y lo seguirá siendo hasta que Isak Andic sea ministro de AAPP. En nuestra encuesta sobre gestión del desempleo el 60% de los encuestados opina que “No hay derecho a que con mi formación y mi experiencia no haya un trabajo para mí”, el 42% dice que “alguien tiene que dar una solución a todo esto” y el 35% convienen en que “la culpa es de los políticos, que nos están llevando a la ruina”. La vieja letanía ‘empleo, empleo, empleo’ como derecho universal a un trabajo que alguien debe proveer en proporción a la cualificación, esfuerzo o a la insistencia en la petición, sigue vigente.
Del empleo al mercado
Ahora, laboralmente, vivimos en 3D. Desapego, descreimiento y desorientación. La crisis última está vaciando muchas cabezas de tonterías y muchos corazones de falsos afectos. Que todos estamos en el mercado todos los días, con nómina o con prestación, es algo que se va imponiendo brutalmente. Resulta que el ejercicio del derecho universal al trabajo pasa por que tu oferta profesional personal responda a la demanda en tu mercado en cada momento, sea más competitiva y esté mejor marketeada que la de otros y tu i+d+i garantice que se mantenga así en el tiempo. Mercado, mercado, mercado. El asunto va de inestabilidad, competencia y cambio. La digestión es difícil. Claro que da miedo.
Del mercado al miedo
El mercado da miedo cuando te lanzas o te lanzan a él de cabeza y sin saber nadar. Imagínate que has estado haciendo de avestruz en la misma empresa toda tu vida, con la cabeza enterrada en el “tengo mucho trabajo” o en ser el mejor. En el mercado laboral hay que entrar sin urgencias porque entras para quedarte. En nuestra encuesta sobre gestión de la búsqueda de trabajo un 7% dicen buscar un trabajo sin saber si existe demanda en el mercado y llegan al 39% los que ignoran si el trabajo tiene expectativas de mayor demanda en un futuro.
El mercado da miedo cuando vas a lo que sale o no sabes a qué vas. Si te enfrentas a todo, a todas las empresas, a todas las ofertas, a más de 6.000 millones de competidores. En el mercado laboral todo el mundo tiene su nicho, su mercadillo. Sólo hay que encontrarlo y estudiarlo. En nuestra encuesta un 8% busca ‘cualquier’ trabajo y el 56% envían su CV indiscriminadamente, a ofertas de todo tipo de empresas.
El mercado da miedo cuando no tienes clara tu oferta, qué sabes, qué puedes, qué quieres, qué vendes, qué aportas y cómo. Lo del “esto, pero si no le gusta también aquello y si no puedo intentar lo que usted diga” no funciona. El mercado espera de ti una proposición única de valor, no está para adivinanzas.
El mercado da miedo cuando tienes demasiado clara tu oferta y dependes de ella. Eres muy bueno, pero que muy bueno en algo, todo el mundo lo dice, siempre lo han dicho, pero… El mercado es inestable, la demanda cambia. 8% de nuestros encuestados dice que busca un trabajo sin demanda, sabiendo que no existen ofertas de empleo, y un 10% trabajos sin expectativa de mayor oferta en el futuro.
El mercado da miedo cuando tu oferta, aunque bien definida, bien orientada y con demanda en tu mercadillo, es mediocre o tiene manchas. El mercado, sean cuales sean las apariencias, es muy competitivo. En la encuesta anterior son un 6% los que buscan un trabajo en el que no se consideran ni más ni menos cualificados que los demás y sólo un 5% responden que su CV describe sus ventajas sobre otros candidatos.
El mercado da miedo cuanto tu oferta, definida, orientada, con demanda y de calidad no se presenta adecuadamente a tu mercado y sus participantes. La palabra marketing no existe en el vocabulario del avestruz. Avestruces o no, un 5% de nuestros encuestados buscan un trabajo distinto al que hacían con su CV de siempre. Para el 90% el Cv debe describir toda tu experiencia con detalle, empresas, puestos y funciones desarrolladas y sólo un 10% personaliza su CV para cada oferta de empleo a la que se presentan.
Del miedo al autogobierno
Siempre te quedará el autogobierno. En el desempleo no hay otra. En el empleo, cada vez más. Hay que negociarlo. Es difícil que puedas utilizar para tu marketing todos tus logros en tu empresa, la confidencialidad va a seguir existiendo. Como la confianza entre empleado y empleador/cliente. Y las trabas a la libre circulación de personas, también. A quién le disgusta un plan de pensiones generoso o una cláusula de rescisión como la de Messi. Pero hay empresas que van flexibilizando el modelo convento de clausura, más en algunos sectores. En vez de poner puertas al campo intentan crear condiciones internas que las conviertan en un destino temporal atractivo para profesionales que se autogobiernan y dejan fluir la información sobre las condiciones. El autogobierno resulta rentable para la empresa. Los profesionales que se autogobiernan son más flexibles en salario porque valoran más otros intangibles, como el ambiente de trabajo. Sus contribuciones son notables porque están a gusto. Te ahorran el employer branding, te lo hacen ellos. Por cierto, con o sin autogobierno, las condiciones que buscan nuestros encuestados son retos: 72%, responsabilidad: 72%, trabajo en equipo: 59%, buen ambiente: 57%, gente competente: 52%. Si la visibilidad es un índice de sensibilidad al marketing, aparece en último lugar valorada sólo por un 12% de los encuestados.
El autogobierno puede ser el antídoto del miedo al mercado. Da menos miedo cuanto mejor conozcas tu mercadillo, tu nicho. Autogobernarse implica hacer de analista. ¿Qué nos dicen nuestras encuestas? Un 12% dicen no atender ofertas si no encuentran información de la empresa, su situación, circunstancias, ambiente de trabajo… y un 7% sólo lo hacen si conocen a alguien de la empresa o a alguien que la conoce. Estos porcentajes no se pueden sumar. Un 54% dicen buscar noticias y estudios en internet sobre su trabajo objetivo. Un 14% dicen tener más de 50 contactos personales en empresas de su interés.
El mercado da menos miedo con una oferta personal cualificada y competitiva. La seguridad (profesional) en sí mismo es ahora la alternativa a la seguridad en el empleo. Autogobernarse implica desarrollar esa oferta personal y controlar la imagen externa. Nuestros datos dicen que el 68% de los encuestados han buscado un refrendo externo a su cualificación. Sus jefes de los últimos años es el más obvio, un 48%. Han revisado su carrera con consultores el 31%, han seguido un coaching un 25%, se han evaluado con psicólogos empresariales un 12% y han pasado por un assessment center un 9%.
El mercado da menos miedo con una oferta personal bien presentada. Además del 10% que hace un CV distinto para cada oferta de empleo, un 34% responde que su CV describe su adecuación a la oferta de empleo.
Seguiremos informando y actualizando estos datos. Y tú, ¿cómo andas de autogobierno? Tus comentarios nos interesan. Saludos.