Hemos leído una entrada de Virginio Gallardo titulada ¿Las herramientas 2.0. provocarán una revolución silenciosa en la empresa? en interrogativo. Una entrada que para nosotros ha sido un verdadero desahogo. Algo así como el grito “el rey 2.0 está en pelotas”. No es frequente publicar las reacciones de clientes de empresa ante las herramientas 2.0. A éstos de Virginio parece que no les interesan nada y menos ninguna revolución. Nos alegramos de no llevar la revolución en nuestro catálogo de servicios. Las herramientas 2.0, sí, pero de tapadillo. Lo que Virginio podría haber inaugurado es la fase de implantación de las herramientas 2.0, el debate de la forma de entrada en las empresas o su gestión comercial. El mismo Virginio habla de silencio. Nosotros nos apuntamos a la entrada silenciosa como alternativa a los gritos de autoconvencimiento, “somos los mejores”, “viva la burbuja 2.0”, de la fase anterior. Acercarse en ese plan a la empresa, salir del gueto 2.0 e irrumpir en el gueto empresarial a imponerle la nueva verdad, sería lo más parecido a lo del elefante y la cacharrería. El Genís se quedaría corto. Serían mucho más de 20 años, como golpeó en el Thinking Party. Otro bluff más.
Vendedores de ruido
Ha sido un desahogo y esperamos que sea un descanso. Ojalá a partir de ahora veamos más humildes 2.0 y menos chillones 2.0: yo soy el experto 2.0, tú no tienes ni idea; si no eres 2.0 es que no te enteras por donde andas; yo te digo a tí lo que es 2.0; paquete 2.0 completo para todos y para todas las empresas; esto se hace así; así no se hace eso… Como la abuela.
Ojalá se amortigüe algo el runrún del gueto: imperdonable, la sociedad sigue sin enterarse de que esto es lo mejor para ella; lamentable, no sé qué porcentaje de empresas todavía no permiten las redes sociales entre sus empleados; fíjate tú, los de recursos humanos ciegos a la realidad inevitable de lo 2.0; no puedo entender cómo un Director de RH no está en Twitter.
Un producto en definición
Sabemos que es la solución para todos los males empresariales, somos felices en nuestra nube, estos ignorantes de ahí fuera ni se enteran, pero todavía nos quedan unos cuantos años para definir qué es 2.0, y todas sus variantes, turismo 2.0, elegancia 2.0, selección 2.0 y hastío 2.0. ¿Me estás diciendo que para seleccionar a cuatro gatos al año tengo que contratar a 2 community mgrs para que conversen con candidatos que pueden no estar disponibles cuando los necesite? ¿Me estás diciendo que me pase el día pegado al Twitter a mí que trabajo de 8.00 a 21.00 y vengo algunos sábados? ¿Me estás diciendo que les ponga el Facebook a los cajeros y al personal de seguridad? Luego tocará definir si el producto es la aplicación informática, si es el desarrollador, si es el vendedor de software, si es el consultor de marketing, el de recursos humanos, o si el producto me lo hago yo solito y no os necesito a ninguno.
Un producto sin necesidad
Se lo han dicho a Virginio. Los de las empresas, que no tienen tiempo de estar pegados al Twitter, no quieren revolución ni cambio ni productos para el futuro. Si me traes humo o una moto, nos vamos al bar y nos tomamos algo. Otra cosa es que te interese lo que a mi me pasa y veas si alguna de tus superherramientas 2.0 me pueden ser de alguna utilidad. Ya, pero no, ese no es el diálogo, no quieres ver que estás ante la nueva revolución bla, bla, bla.
Vender producto sin hablar de él
Así se lo montaba uno de nuestros clientes. Fabricaba calderas: bidón + resistencia eléctrica + enchufe, última tecnología, de 1700 y pico. Hubo un tiempo en que las fabricaban hasta las porteras en el cuartillo de la portería, como pasará dentro de poco con las herramientas 2.0. Luego llego el gas y los precios de la electricidad o las mismas leyes las prohibieron en algunos lugares. El caso es que nuestro cliente las vendía, mejor dicho, las quería vender a todo el mundo. Oiga, y ¿para qué quiero yo una caldera eléctrica? ¿Sabe ud. el precio de la electricidad aquí? Oiga, pero es que me la vende seis veces más cara que el que pasó por aquí la otra semana. Oiga, ¿usted me está hablando en serio? Nuestro cliente se dio una vuelta en sentido amplio, histórico-sanitaria-estética-constructiva-emprendedurial-etc. y encontró unas necesidades de amplio espectro: a cada vez más gente le gusta estar joven, sano y guapo. Dejó de hablar de calderas, un tema tan poco fashion, y empezó a hablar de “spa”, el negocio del futuro, la belleza, la salud, a través del agua, en la ciudad, al lado del gimnasio pero sin dar un palo al agua, bla, bla, bla. Claro, el agua calentada con calderas eléctricas, un detalle del proyecto global en el que nadie entraba. El discurso comercial fue tan afortunado que pronto llegaron con el mismo cuento fabricantes de plásticos, piscineros, constructores varios, consultores de belleza, salud y ocio y otros espabilados.
Así se lo montaba él. Tú móntatelo como quieras pero gritemos menos y escuchemos más al cliente 2.0.
Buenas noches. Interesante conversa 2.0 entre Virginio y ustedes. Amable forma de entablar una conversacion.
Tienen toda la razon en que ahora han aparecido muchos expertos 2.0 que no dejan a las empresas autogestionar su marketing 2.0 por la posibiidad del fracaso. Es como si tuviera a un experto a que hablara por mi,sobre lo que siento y pienso.
Para eso no hay silencio, sino que aprendamos a hablar por nosotros mismo y de nuestras empresas.,
Un gusto conocerlos.
Alberto
Me gustaMe gusta
Vaya me ha gustado más vuestra entrada que la mía… 🙂 Buena reflexión especialmente en lo que corresponde a humildad ante el cliente. Un saludo
Me gustaMe gusta