El curriculum vitae está viviendo uno de sus momentos de máximo esplendor como herramienta de marketing personal. Curiosamente, se lo debemos a las redes sociales, que pretendidamente venían a enterrarlo. Linkedin y Xing son hoy los mayores almacenes de curricula después de Infojobs.
A estas redes sociales les debemos un avance histórico en la consideración pública del CV. Antes subir o actualizar el CV en Infojobs era una infidelidad a la empresa. Hoy es casi más sospechoso no tener el “perfil” en Linkedin. En el “amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, algunos empleadores han pasado de Dios a prójimos. Publicar el CV ya no es pecado. Pero puede ser una pesadilla.
De hecho, mucha gente nunca lo publicará. El problema de sacar a la luz un CV, o la actividad social o los escritos de más o de menos de 149 caracteres, no es sacarlos o no y dónde sino qué sacar. Las cosas no han cambiado mucho con la llegada de los medios sociales. Ahora hay más visibilidad y más riesgo de feedback incontrolado. Así que, larga vida al CV privado.
Público o privado, éstas son dificultades que venimos observando en nuestra práctica reciente de revisión de CV’s.
Desconocen su oferta de servicios
Muchos de nuestros clientes de CV tienen problemas para analizar el contenido o la calidad de su trabajo. Les cuesta definir lo que hacen. Mucho más lo que hacen bien o mejor que otros. Conocen el lenguaje de las competencias pero sin relacionarlo con su actuación. De lo que quieren hacer en un futuro, ni hablar. Cuando se les fuerza llegan a elaborar como CV una serie de job descriptions. Hasta ahora nadie nos ha reconocido una “oferta” como ésta:
“Creo que estoy muy al día en jurisprudencia, a la que dedico muchos fines de semana, mi argumentación escrita es normalmente más sólida que las de mis compañeros, dicen mis seniors, en las vistas me noto y me notan inseguro todavía, salgo muchos días después de las 21.00 h, soy sobrino de uno de los socios del bufete y los lunes “no funciono” hasta después de las 1200 h”.
Desconocen la demanda de sus servicios
Muy pocos de nuestros clientes se han planteado qué esperan concretamente de ellos sus jefes. Sólo generalidades que podrían haber leído en los medios, estereotipos cuando las profesiones están de moda o, por otro lado, temores sin ninguna base. Los que se mantienen al día de la actualidad de su sector profesional son raros y más los que buscan información sobre la marcha de su empresa. Viven en la idea de que la demanda será estable: su tío no se jubilará, el bufete mantendrá una generosa política de ascensos y sueldos… Sus CV’s suelen parecerse mucho a las propias ofertas de trabajo a las que se presentan.
Ignoran el juego de la oferta y la demanda
La competencia, la de sus compañeros de al lado, les es ajena en mayor e menor grado, ofuscada por las incidencias del día a día, y vienen con una relación ambigua, entre resquemor y superioridad, con los junior que van llegando, cada vez mejor recomendados. La visión a medio plazo se da en clientes que buscan otros servicios.
La perversión del marketing
Aquí nos hemos encontrado la nada y el todo. Los que rechazan la palabra marketing referida al CV y difícilmente aceptan lo que no sea un registro notarial de actividades realizadas. Por el otro lado y de forma creciente, los que vienen con la ilusión del marketing sin producto aplicado a las personas. Su CV, un listado de etiquetas detrás de cada puesto de trabajo. ¿Cuajará ésta tendencia?