Yo a todos mis amigos funcionarios y otros amantes de la seguridad y estabilidad en el empleo les recomiendo, para que se vayan adaptando a los nuevos tiempos en los que la seguridad va a venir del riesgo razonable, que pidan unas vacaciones o un tiempo sabático para dedicarse a operar en bolsa en el intradía, o sea comprar por la mañana y vender por la tarde.
O en los últimos días, vender por la mañana y comprar por la tarde. Y me consta que algunos lo hacen. Con dinero que no necesites, eso sí. Si pones menos de lo que cuesta la matrícula en un buen MBA, una experiencia breve en esta actividad te saldrá no sólo mucho más rentable que la mejor escuela de negocios sino también más barata. Rentable porque vas a desarrollar en grado sí o sí competencias como adaptación a la incertidumbre, asunción del riesgo razonable, agilidad en la toma de decisiones, finura en el análisis de información, autocontrol emocional, y muchas más pero es que sólo con las que he citado puedes salir hecho todo un líder. Vamos, que forja que no veas para la vida (profesional).
Es un mercado implacable pero te da el feedback más realista y sincero. Si aciertas, aciertas. Si metes la pata, la metes. No hay sentimientos, no hay consuelos, no hay segundas oportunidades, no hay sitio para lamentos ni para emociones. Preparas la siguiente jugada o te hundes con todo el templete. El error se mide en euros y la lentitud en la toma de decisiones se mide en más euros. El acierto también. El desarrollo personal surge automáticamente. O despabilas o te quedas sin dinero.
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La incertidumbre
Todos somos cazadores de tendencias, los chicos de Infonomía, los operadores intradía, los buscadores de empleo… Nadie quiere entrar en valores a la baja. El problema de que todo esté en movimiento es que hasta el mejor análisis es incompleto. Cuando entras en un valor puede subir o bajar. La incertidumbre es cualquier punto situado entre la tendencia y el movimiento puntual.
La información disponible te aconseja la entrada: buenas perspectivas de futuro, tendencia ascendente, precio asequible, gran liquidez, gran empresa, no hay resistencias próximas, los informes sobre sus fundamentos son positivos… Al momento de entrar el valor empieza a caer. Empiezas perdiendo. Tendrás que parar la hemorragia. El mercado es insaciable, quiere todo tu dinero.
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El «stop loss»
Llega el momento de la aceptación del error. Cuanto más tarda ese momento más dinero pierdes. En intradía se utiliza el «stop loss», un limitador de pérdidas. ¿Cuánto dinero estás dispuesto a perder? Y salir automáticamente aunque parezca que vuelve a subir. Todavía te queda dinero que puedes volver a invertir. Si retrasas tu decisión: vamos a dar una oportunidad, vamos a esperar a ver… cuando te quieres dar cuenta estás perdiendo tanto que ya no te atreves a vender, y te quedas dentro, no tienes más que minusvalías latentes. Y no te atreves a ejecutar la venta porque se materializarán las pérdidas, se verán. Estás enterrado. O como dice Carlos Andreu, eres un zombi.
La diversificación
La diversificación es una forma elemental de reducir el riesgo o de distribuirlo. Si has repartido tus fondos entre varios valores no vas mal. Reza para que los otros se comporten mejor. Pero en el mundo laboral tradicional todavía se ponen todos los huevos en una sola cesta. La cosa va cambiando.
Análisis técnico y análisis fundamental
En la operativa intradiaria el análisis técnico es el rey, basado en las tendencias y en la apariencia gráfica de los valores. Cuando la operativa es a más largo plazo, la información sobre los fundamentos del valor toma más peso. En uno y otro análisis te pueden llevar al huerto: los cuidadores del valor en el técnico, y en el fundamental los departamentos de relaciones con los inversores y los de comunicación corporativa, cuando no los mismos analistas.
La información fundamental de los valores en los que vas a invertir la próxima fase de tu vida (profesional) no es el sueldo ni las tendencias aparentes. Invertir sin esa información es una conducta semisuicida. Por eso el stop loss durante el período de prueba se convierte en la herramienta de salvación cuando el comportamiento del valor empieza a caer, la información fundamental no es la deseada y la propaganda corporativa recibida durante el proceso de selección no se sostiene.
Ah, y ni siquiera te engañes con que las estancias breves ensucian un curriculum vitae. Si te vas a mover por apariencias, tu apariencia final puede ser lamentable: lo que te empobreces, lo que dejas de enriquecerte y revalorizarte más la quemazón que puedes ir agarrando y los vicios colaterales. Y eso el mercado lo nota, porque no es tonto, sólo es insaciable.
Excelente, ojalá te hubiera hecho caso… acabo de salir de una situación de «loss-loss-loss» que ni te imaginas. Ay!! pero los trabajos no crecen en los árboles, desgraciadamente, así que no es fácil la decisión…
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